A medida que sus compañeros de trabajo eran ascendidos, Benjamín no podía evitar sentir un poco de envidia. Pero decidió dejar su carrera en manos de Dios y hacer bien su tarea.
Varios años después, por fin lo ascendieron. Para entonces, su experiencia le permitió trabajar con seguridad y le ganó el respeto de sus subordinados. Mientras tanto, a algunos de sus compañeros todavía luchaban con las responsabilidades de supervisión, porque los habían ascendido antes de estar listos. Ben se dio cuenta de que Dios lo había llevado por «el camino largo» para estar mejor preparado para su función.
Cuando Dios guio a los israelitas para salir de Egipto (Éxodo 13:17-18), escogió un camino más largo, porque el «atajo» a Canaán estaba lleno de riesgos. Los comentaristas bíblicos observan que el camino más largo también les dio más tiempo para fortalecerse física, mental y espiritualmente para las batallas que siguieron.
El camino más corto no siempre es el mejor. A veces, Dios nos permite tomar el camino más largo en la vida, ya sea en nuestra carrera o en otros ámbitos, para que estemos mejor preparados para el viaje que tenemos por delante. Cuando las cosas parecen no suceder tan rápido como esperamos, podemos confiar en Él.