A punto de hacer historia, Jordan Bohannon, estrella del equipo de baloncesto de la Universidad de Iowa, falló intencionalmente el tiro libre que habría superado un récord de 25 años en esa escuela. ¿Por qué? En 1993, días después de que Chris Street encestara 34 tiros libres seguidos, perdió la vida en un accidente automovilístico. Bohannon decidió honrar la memoria de Street al no romper su récord.

Bohannon demostró una gran sensibilidad con respecto a qué cosas son más importantes que su éxito personal. Vemos valores similares en la vida del joven guerrero David. Escondido en una cueva con su variado ejército, anhelaba beber del pozo de Belén, su ciudad natal, pero tenía temor de los filisteos que ocupaban esa región (2 Samuel 23:14-16).

En un asombroso acto de valentía, tres de sus guerreros «irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo […] y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para el Señor, diciendo: […] ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida?» (vv. 16-17).

En un mundo que suele recompensar a aquellos que se aprovechan de cualquier oportunidad que se les presente, los actos de amor y sacrificio son sumamente poderosos; mucho más que meros símbolos.