Sentada en el patio de la Iglesia de la Visitación, en Ein Karem, Israel, quedé maravillada con los 67 mosaicos que contenían las palabras de Lucas 1:46-55 en muchos idiomas. Conocido tradicionalmente como el Magníficat —del latín, «magnificar»—, estos versículos son la respuesta gozosa de María ante el anuncio de que sería la madre del Mesías.
Cada placa contiene sus palabras, entre las que se encuentran: «Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. […]. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso» (vv. 46-49). Este cántico de alabanza grabado en esos mosaicos revela la fidelidad de Dios hacia María y la nación de Israel.
Como receptora de la gracia de Dios, María se regocija en su salvación (v. 47), reconoce la misericordia del Señor a generaciones de israelitas (v. 50), lo alaba por sus obras poderosas a favor de su pueblo escogido (v. 51) y le agradece por la provisión diaria que viene de su mano (v. 53).
María nos muestra que enumerar las grandes cosas que Dios ha hecho por nosotros es una manera de expresar alabanzas, lo cual nos trae gozo. En esta Navidad, piensa en la bondad de Dios durante el año. Al hacerlo, puedes crear un mosaico de enorme belleza con tus palabras de alabanza.