El año pasado, sentimos que nuestra Navidad iba a cancelarse. En realidad, nuestro vuelo para ver a los familiares en otro estado se canceló debido a la nieve. Desde hace unos años, tenemos la costumbre de celebrar Navidad con ellos, así que nos decepcionamos muchísimo cuando tuvimos que regresar a casa antes de llegar a destino.
El domingo, en un mensaje que no habríamos escuchado, el pastor habló sobre las expectativas de la Navidad. Nos llamó la atención esta frase: «Si lo que esperamos de la Navidad son los regalos y el tiempo en familia, estamos apuntando muy abajo. Esas cosas nos gustan y estamos agradecidos por ellas, pero la Navidad es la celebración de la venida de Cristo y la redención que Él llevó a cabo».
Simeón y Ana celebraron la venida de Jesús y la salvación cuando José y María llevaron al bebé al templo (Lucas 2:25-38). Simeón, un hombre a quien el Espíritu le había dicho que no moriría antes de ver al Mesías, declaró: «han visto mis ojos tu salvación» (v. 30). Cuando Ana, una viuda que servía al Señor, vio a Jesús, «hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén» (v. 38).
Tal vez experimentemos decepciones o angustias durante la época navideña, pero Jesús y la salvación que Él alcanzó nos dan siempre una razón para celebrar.