El otro día mi esposa Karen compró una nueva lamparilla
para el baño. Era diferente a las que habíamos tenido antes;
ésta tenía un sensor de luz. Cuando oscurece, el sensor activa
el proceso que hace que la lucecita brille. Cuando enciendes la luz
principal, la lamparilla se apaga.

Y hablando de luz, soy un tipo bastante positivo — pero creo
que estamos viviendo tiempos muy oscuros y de mal augurio.
Existe la maldad en nuestra cultura. Hay un mal que está fuera de
control. Hay un rechazo a todo lo que es piadoso en nuestra
sociedad. La práctica del pecado y de la maldad es increíble.
Demasiados entre nosotros hemos quedado atrapados en la
oscuridad en vez de reflejar la luz de Jesús. Es casi como si
hubiésemos tomado nuestra fe y la hubiésemos escondido en
nuestros bolsillos. Estamos temerosos (o avergonzados) de
mantener en alto la luz de Jesús. ¡Pero este mundo en tinieblas
necesita de una lamparilla espiritual!

Filipenses 2:14-16 nos recuerda esto, «en medio de la cual
resplandecéis como luminaries en el mundo, sosteniendo
firmemente la palabra de vida.» Pablo escribió esperanzado,
declarando que la oscuridad es una gran oportunidad. Tenemos
que mantener la luz en alto.

La luz de Jesús se revela a través de nuestra actitud y nuestro
carácter piadoso al acercarnos más en nuestra relación con Él.
Entonces no podemos evitar brillar cuando viene la oscuridad. A
mayor oscuridad, tanto más sobresaldremos. Cuanto más sombrío
sea allá fuera, tanto más esperanzados somos en nuestra fe.
Estamos en marcado contraste con las maneras de nuestra
sociedad y el mundo en el que vivimos.

Sé un líder en la luz y señálales a las personas la Palabra de
Dios para que puedan responder a la Luz del evangelio, Jesucristo.
Vivamos para que nuestra luz brille continuamente y se haga aún
más brillante cuando se cierna la oscuridad. —CWL