Cuando se piensa en adicciones, no es probable que el envío
de mensajes de texto venga de inmediato a la mente. Las
drogas, el alcohol, los juegos de azar — ésas son cosas que
llevan a un comportamiento destructivo y obsesivo, ¿cierto?

Bueno, el envío de mensajes de texto y sus maneras para
formar hábitos está creando una nueva ola de adictos. La Clínica
del Priorato en Londres, Inglaterra, recientemente ha visto un
«enorme incremento en las adicciones de comportamiento» entre
las que se incluye el envío de mensajes vía teléfonos celulares.

Algunos pacientes han dedicado hasta siete horas al día
enviando mensajes, según el director de la unidad de adicciones
de la clínica. ¡Eso es mucho tiempo apretando teclas y enviando
mensajes!

¿Envías mensajes de texto? No tengas temor, no estoy aquí
para hacerte sentir culpable. Enviar un mensaje usando tu
teléfono no es una mala práctica. Sólo cuando esta práctica
consume tus pensamientos y tu vida es que tienes un problema.

El pecado puede comenzar de una manera similar. Lo que
comienza como algo aparentemente bueno pronto puede volverse
adictivo y llevar hacia algo feo. Tengo un amigo que descubrió
esto de primera mano. Aunque estaba casado, comenzó a trabar
amistad con una mujer divorciada más joven que conocía porque
«sentía pena por ella.»

Pensó que podía «llevar a esta mujer al Señor.» Seguro,
tuvieron algunas buenas conversaciones e incluso ella comenzó a
hacer mejores elecciones. Pero pronto mi amigo encontró que no
podía sacársela de la mente. Se había hecho adicto. Al final, su
relación extramatrimonial quedó expuesta y sus efectos fueron
devastadores.

Jesús dijo que cualquiera que «todo el que mire a una mujer
para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón»
(Mateo 5:28). El pecado —con sus maneras adictivas— comienza
en la mente.

¿En qué has estado pensando que podría llevarte a una
obsesión con alguien o algo . . . y en última instancia al pecado?
Éste es el día de huir de ello (1 Corintios 6:18).
Dale tus pensamientos a Dios. Pídele que purifique tu mente
y elimine tus deseos peligrosos. Resiste al pecado y su naturaleza
adictiva por medio de Su poder. —TF