Cosas. Conseguir más cosas es lo que consume a nuestra cultura. Si no entran en tu casa, ponlas en tu garaje. Y cuando éste se llene, alquila un almacén. Sólo consigue más cosas.
Si luchas con querer cosas que no tienes, o si estás convencido que tener más es mejor, lee Lucas 12:13-40. Allí es donde Jesús nos da Su enseñanza más concentrada sobre la relación del creyente con el dinero, las posesiones, y nuestro deseo por más.
Jesús va de frente a lo esencial: «Aun cuando . . . tengas abundancia, [tu] vida no consiste en tus bienes» (v.15). Sin embargo, a menudo pensamos que así es.
«Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; no tienen bodega ni granero, y sin embargo, Dios los alimenta; ¡cuánto más valéis vosotros que las aves!» (v.24). Entonces, ¿por qué somos más valiosos que las aves? Dios ha puestos Su amor en nosotros. Nuestro valor se encuentra en Aquél que nos ama.
Pero si no me preocupo por prepararme para el futuro, ¿quién lo hará? ¿Qué pasará si me enfermo? Y la respuesta es, ¿Y qué pasará? La preocupación no te alarga la vida. Jesús dijo que si Dios cuida de un campo de flores, ¡cuánto más te dará lo que necesitas! Y luego viene esta suave reprimenda, «¡hombres de poca fe!» Parece que volvemos a la fe, ¿¡no es cierto!? ¡Ding! ¡Ding! ¡Ding!
En vez de preocuparnos, hemos de «buscar Su reino» (v.31). Toma en serio a Dios. Si te ocupas de los asuntos de Dios; Dios se ocupará de tus asuntos. ¡Así es como funciona!
Nunca he conocido a un hombre o una mujer que sean grandemente usados por Dios sin haber aprendido primero esta lección: Todo lo pertenece a Él. Dale lo mejor de ti a Dios. Dáselo todo. Y observa cómo Él te lo devuelve derramando tantas bendiciones sobre tu vida que ni siquiera te quedará espacio para contenerlas.
Entregarle tus cosas a Dios es una de las acciones más estimulantes que jamás tomarás. ¿Por qué? «Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón» (v.34). —JM