El electrocardiograma o ECG es una prueba que mide la actividad eléctrica de nuestro corazón, y le ayuda a nuestro doctor a determinar la salud de nuestro corazón. ¿Qué pasaría si pudiéramos tener un «ECG espiritual» hoy? Me pregunto qué diría acerca de la salud de nuestra condició espiritual.
Un día, un hombre llamado Nicodemo pasó por un ECG espiritual. Al mirarlo por fuera, se pensaría que estaba espiritualmente saludable y con latidos espirituales fuertes. Era muy versado en sus creencias judías, fariseo, y un rabino respetado. Encima de todo eso, estaba abierto a nuevas cosas espirituales, lo cual se puso en evidencia cuando buscó a Jesús. La posibilidad de que Jesús pudiera ser el Mesías fue lo que llevó a Nicodemo hacia Él. Sin embargo, Nico descubrió en su entrevista que Jesús estaba ofreciendo un tipo diferente de reino. Aprendió que para ver y experimentar el reino de Dios tenía que nacer de nuevo.
Jesús no inventó el término «nacido de nuevo.» Era un término rabínico para un gentil que se sometía a una conversión formal al judaísmo. Los gentiles que eran «nacidos de nuevo» como judíos, eran considerados criaturas totalmente nuevas. Cuando Nicodemo objetó y preguntó «¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo?», no era porque el lenguaje figurativo lo había dejado perplejo. Nicodemo estaba objetándole a Jesús diciendo, «Yo ya soy judío. ¿Cómo puedo convertirme al judaísmo?» Jesús respondió: «Un hombre debe nacer de agua y del Espíritu.»
En otras palabras, Jesús le estaba diciendo a Nicodemo que ser étnica y religiosamente judío no era suficiente para tener entrada en la familia de Dios. Lo que en realidad es necesario es una conversión espiritual del corazón. Nacer de nuevo no es adherirse de manera externa a un puñado de reglas; es recibir una reforma total del corazón desde arriba, por medio de la fe en Jesús. La conformidad externa sin una conversión interna lleva a una vida vacía.
No permitamos que nuestro conocimiento acerca de Dios sea un escudo con el que nos protejamos del mismo Dios que afirmamos conocer. —MW