Crecí entendiendo que existía Jesucristo y que existía el Anticristo. Los oradores proféticos que venían a mi iglesia quién era este Anticristo. Toda figura internacional realmente mala —Mussolini, Hitler, Stalin— fue en un momento u otro catalogada como «el Anticristo.» Por supuesto, ninguna de ellas resultó serlo.
Ahora creo que estos predicadores bienintencionados nos tenían persiguiendo la meta equivocada: tratar de identificar al Anticristo final. Sin embargo, el apóstol Juan habló de «anticristos» en plural. Él aclaró que éstas son personas que son la personificación de la anarquía y de la mentira. Siempre están presentes, y tenemos que poder reconocerlas.
Un «espíritu del anticristo» reciente es la novela El Código DaVinci. Se la ha llamado una «novela histórica» — una que supuestamente teje relatos ficticios realistas alrededor de eventos históricos reales. Desafortunadamente, al igual que muchas otras reglas, la norma para una novela histórica legítima también se viola con regularidad hoy. El autor del libro, Dan Brown, no sólo ha escrito una historia ficticia, sino que también ha adquirido participación en una «historia» alternativa sobre la que se basa — un relato que niega gran parte del fundamento firmemente establecido de la fe bíblica y afirma relatos históricos falsos.
Auténticos historiadores y eruditos bíblicos han escrito muchos libros para exponer las falsas afirmaciones de Brown. Sin embargo, lamentablemente la mayoría de las personas no se dan el tiempo para buscar la verdad. En vez de ello, son engatusadas por el engaño que marca ésta y muchas otras obras recientes que niegan la verdad acerca de quien era — y es Jesús.
Tal y como el apóstol Pablo nos los recordó, si Jesús no resucitó de entre los muertos, nuestra fe es vacía (1 Corintios 15:12-19). Pero el hecho permanece: No hay historia que tenga tanta verificación como la del verdadero Cristo. Cada negación de lo que Jesús enseñó y de cómo vivió, murió, resucitó, y regresará, es tan sólo uno más de los espíritus engañadores del anticristo. Ten cuidado con ellos. —DO