Durante 456 días, Mike Fay caminó por África desde el Congo hasta la costa de Gabón en una increíble hazaña de resistencia. Al escribir su reportaje en la revista National Geographic, ofreció consejos para caminar casi 4.000 kilómetros a través de la selva ecuatorial africana y mantenerse vivo:
1. Prepárate. Mike dedicó los tres meses previos a su viaje a investigar, probar el equipo, reunir mapas y comprar alimentos.
2. Hay que estar delgado. Un cuerpo ligero demanda menos energía para mantenerse. Luego de unos cuantos meses, Mike estaba consumiendo sólo mil calorías al día, pero dice: «Me sentía como Tarzán.»
3. Ropa. Se sobrevalora. La ropa te da calor y los calcetines se pudren. La mayoría de los días que pasó en el clima tropical usó pantalones cortos y algunas veces un impermeable.
4. No te preocupes por los zapatos o las botas. Las sandalias deportivas y la cinta adhesiva para tuberías lo sostuvieron durante la prueba.
5. Hay que viajar ligero. Lleva sólo lo que necesitas. Tu vida puede depender de si llevas tres kilos de ropa cubierta de moho o tres kilos de arroz.
6. Hay que hacer monólogo. Aun cuando estaba caminando con otras personas, Mike descubrió la necesidad de concentrarse y meditar en su propia mente.
7. Hay que mantener un sentido de propósito. Las habilidades para la supervivencia son importantes, pero la voluntad para llegar al final es esencial.
Probablemente la mayoría de nosotros no cruzaremos el África a pie, pero todos los cristianos están involucrados en una competencia de resistencia. ¿Qué se necesita para llegar al final como seguidor de Jesús? «Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Considerad, pues, a aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni os desaniméis en vuestro corazón» (Hebreos 12:1-3).
Prepárate, viaja ligero y mantén tus ojos puestos en Jesús. Eso es lo que se necesita para terminar la carrera de la vida. —DCM