Vas retrasadoy la única manera de llegar a tiempo es encontrando todos los semáforos en verde. Cuando te aproximas a cada intersección, mantienes el pie en el acelerador y la luz cambia a verde por arte de magia justo antes de que llegues. Cuando llegas al estacionamiento con un par de minutos de sobra, le das una palmadita a un pequeño dispositivo en tu tablero de mandos y dices: «Gracias, MIRT.» Tus amigos están asombrados y se preguntan por qué nunca tienes que esperar ante un semáforo en rojo.

MIRT es la sigla para mobile infrared transmitter(transmisor infrarrojo móvil), un dispositivo que permite a los camiones de bomberos, las ambulancias y los automóviles policíacos llegar a los lugares de emergencia más rápido cambiando los semáforos en rojo a verdes a control remoto. En el pasado, la tecnología era cara y no estaba disponible para personas individuales. Pero recientemente, aparecieron algunos MIRTs de venta en la Internet por menos de 300 dólares. Las autoridades actuaron rápidamente para prohibir las ventas por una razón muy obvia: «Si todos tuvieran un MIRT se crearía un caos.» Algo que está más allá de nuestros propios deseos personales debe ejercer control sobre las paradas y los avances de nuestra vida.

Hay algo dentro de cada uno de nosotros que detesta detenerse y esperar. Las demoras parecen desastres. Las postergaciones parecen permanentes. Estar inmóviles nos irrita y nos disgusta.

Pero Dios se encuentra mucho más allá de nuestros límites prosaicos. El profeta Isaías escribió: «¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios eterno, el SEÑOR, el creador de los confines de la tierra no se fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable» (Isaías 40:28).

El Señor ve todo el panorama de principio a fin. Él sabe cuándo es el momento de detenernos y cuándo es el momento de proceder. Él promete: «Pero los que esperan en el SEÑOR [que tienen esperanza en el Señor; que confían en el Señor] renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán» (v.31).

En toda situación podemos confiar en su sabiduría y amor. Debido a que Dios determina las paradas y los avances de nuestra vida, encontramos nuevas fuerzas provenientes de Él mientras esperamos.  —DCM