Al ex alcalde Ed Koch se le conocía por hacerles esta pregunta a los ciudadanos de la ciudad de Nueva York: «¿Cómo me va?» Puede que las personas que votaron por él le hubiesen dicho. «Muy bien. Está haciendo un gran trabajo. Me gusta lo que está haciendo.» Y puede que otros hubiesen dicho: «¿Qué es lo que hace? ¡Usted debe estar loco!»
Esa es una buena pregunta, especialmente si eres seguidor de Jesús. «¿Cómo me va espiritualmente?» Evaluar nuestra vida siempre es algo útil. Después de todo, nos hacemos un chequeo físico, hacemos un chequeo al automóvil … ¿qué tal un chequeo espiritual?
Diagnóstico: Luego de estudiar tu radiografía, veo algunos pecados no confesados en tu vida. ¿Has estado ejercitando tus dones espirituales últimamente? Tienes que hacer de eso parte de tu rutina. Tienes un problema recurrente de envidia. Tienes un ligero caso de chisme, pero puedo ver que se está resolviendo Detecto apenas un nódulo de mentira. Será mejor que lo elimines antes de que se extienda. Y, ¿acaso es cierto que sigues experimentando ese viejo y persistente dolor de la duda? Bueno, creo que hay que hacer más pruebas. Y me temo que van a doler un poco.
Los amigos pueden ser útiles evaluando cómo nos va. «Y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras» (Hebreos 10:24). Como seguidores de Jesús, queremos ayudarnos unos a otros a mantenernos en el camino.
Por supuesto, la clave más importante para tener una vida espiritualmente saludable es conocer a Aquel que me conoce íntimamente. Ora tal y como lo hizo el salmista: «Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes.Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno» (Salmo 139:23-24).
Un paso final: «Examinemos nuestros caminos y escudriñémoslos, y volvamos al SEÑOR» (Lamentaciones 3:40).
El alcalde Koch no sólo buscaba prestigio cuando preguntaba cómo le iba. Quería saber lo que podía o lo que debía cambiar. Y ese tipo de actitud es el primer paso para llegar a estar saludable en Jesús. —CK