La película de Mel Gibson La pasión de Cristoconfrontó a una generación con la realidad visceral del sufrimiento y la muerte de Jesús. Eso fue demasiado para algunos críticos. Éstos se sentían incómodos con la violencia y el «potencial» para el «antisemitismo»; esto, a pesar del hecho de que Hollywood es evidentemente violento y el protagonista es absolutamente judío.
Pero con lo que los críticos estaban mayormente incómodos era con la verdad. Un entendido citó las «perturbadoras presunciones» de la película. Parece que Gibson trató «los relatos de los cuatro evangelios como relatos literales de testimonios oculares del arresto, la tortura y la crucifixión de Jesús».
Bueno, ¿y cuál sería la razón para no tratarlos como «relatos literales de testimonios oculares» de la historia?
Chuck Colson, de los Ministerios Prison Fellowship(Confraternidad Carcelaria), argumenta que ningún hombre cuerdo moriría por lo que sabe que es una mentira. Luego observa que 10 de los 11 discípulos murieron sosteniendo la verdad que se encuentra en los relatos de los cuatros evangelios. Estos hombres comunes y corrientes dieron su vida dando fe del hecho de que Jesús fue crucificado, enterrado y resucitado de entre los muertos. Él es el Hijo de Dios. El único discípulo que escapó del martirio, Juan, nos dejó este elocuente testimonio:
«Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida» (1 Juan 1:1).
Juan pasó tres años y medio con Jesús, entrecruzando las laderas de Judea, observándolo mientras obraba en su ministerio, viendo los milagros y escuchando las afirmaciones que Jesús hacía de Sí mismo. Juan quería que supiéramos la verdad acerca de Jesús, incluso si eso significaba una intensa persecución o la muerte para él mismo.
«Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden —escribió Pablo— pero para nosotros los salvos es poder de Dios» (1 Corintios 1:18).
Jesús no es un tirano si no quieres creer en Él; Él permite la libertad de ser rechazado. Pero para aquellos de nosotros que aceptamos su mensaje radical y transformador, Jesús es «el camino, y la verdad, y la vida» (Juan 14:6). —TG