La última canción de Tupac Shakur, «No estoy enojado contigo», fue dada a conocer un mes antes de su muerte. La canción hablaba de que Tupac le estaba asegurando a un amigo, de una forma pandillera y en tono rap, que no tenía resentimiento alguno.
Puesto que yo me rebelé en mis días de secundaria y universidad, pensaba que Dios estaba enojado conmigo. Creía que Él había amputado mi futuro eterno debido a mi pasado morboso. Puede que tú te sientas igual. ¿Por qué tenemos tantas dudas acerca del perdón de todosnuestros pecados, y por tanto, anidamos dudas acerca de nuestro destino eterno? Creo que existen varias razones:
•Satanás usa la culpa pasada y los errores presentes parahacernos sentir inadecuados para el cielo.
•Nuestra propia conciencia nos recuerda nuestros pecados pasados y cómo vivíamos una vez.
•Los amigos no cristianos tanto como los cristianos señalan nuestras incoherencias.
Lee Romanos 8:1 otra vez. Nada ni nadie nos puede separar de Dios, pues estamos cubiertos en Jesús, por fe, por el perdón de nuestros pecados. El sacrificio de Jesús en la cruz fue tan completo que lavó todos nuestros pecados. No queda ni una sola pieza de evidencia para convencernos o condenarnos. La respuesta de Dios a nuestros miserables fracasos —si de verdad nos arrepentimos— siempre es la gracia. La gracia es el favor de Dios y la bondad hacia nosotros a pesar de nuestros fracasos. Los pecados de nuestro sórdi- do pasado han sido borrados de nuestros archivos por la sangre de Jesucristo.
Cuando la culpa pasada y los errores presentes te hagan sentir inadecuado para el cielo, aférrate a estas cinco garantías:
•Dios me ama incondicionalmente. Su amor no tiene segundas intenciones.
•Mi salvación no se basa en mi desempeño, sino en Su sacrificio perfecto, y es segura.
•Jesús entiende mis debilidades humanas.
•Jesús no tiene resentimientos contra mí.
•Jesús ya ha asumido mi castigo.
Dios nos tranquiliza cuando nos asegura en Romanos 8:1: «No estoy enojado contigo..» —MW