¿Has oído hablar del Jaulingüe? Es un nuevo aparatito que permite a los dueños de perros saber lo que está proclamando su can. Un micrófono de 8 centímetros transmite sus ladridos y gruñidos a una consola del tamaño de la palma de una mano.
El tablero computarizado interpreta los ruidos y clasifica los sonidos en categorías emocionales. Los mensajes son entonces deletreados en la pantalla para que el dueño de la mascota los lea.
He aquí una muestra: «Estoy triste.» «Quiero jugar.» «Estoy super enojado.»
¿Se necesita este aparatito? Si Lassie rasguña la puerta o te trae su cadena, creo que sabes lo que quiere.
Del ladrido de interpretación vayamos al arte de la interpretación bíblica. No necesitamos ningún ingenio de la tecnología para entender pasajes específicos de las Escrituras. Las siguientes dos tareas nos llevarán a nuestro destino:
1. Exégesis: Tenemos que estudiar cuidadosa y sistemáticamente una porción de la Biblia para descubrir su significado original y la intención del mismo. Esto conlleva hacer las siguientes preguntas:
¿Cuáles eran el tiempo y la cultura del autor y sus lectores?
¿Cuál era la ocasión y el propósito del libro? ¿Cuál es el punto de cada párrafo, oración, frase y palabra? ¿Qué está diciendo y por qué lo está diciendo aquí?
2. Hermenéutica: Tenemos que entender qué les dice el texto a los cristianos de hoy, si es que les dice algo. Esto incluye usar una buena traducción de la Biblia, no una paráfrasis, como primera fuente de estudio. Determinar el contexto del texto. Entender que los diferentes tipos de los libros de la Biblia —narración, poesía epístolas, apocalípticos— tienen sus propias reglas de interpretación. Aplicar las prácticas y los principios que aplican a los cristianos de esta era.
Esto probablemente suene super difícil. Echemos un vistazo a tres clases de libros que te ayudarán a estudiar la Biblia: 1. Un buen diccionario bíblico. 2. Un buen manual bíblico. 3. Algunos buenos comentarios. Después que hayas leído y vuelto a leer el pasaje que estás tratando de interpretar, comienza tu exégesis, usa estos recursos para continuar tu exégesis, y luego pasa a la hermenéutica.
Esto no es tan fácil como leer un tablero del tamaño de lap alma de tu mano, pero una buena interpretación bíblica abre un mundo de verdadero significado bíblico para ti. —TF