Creo que me gustaría la clase de física de primer año del profe-sor Jim Kakalios: «Ciencia en tiras cómicas». La popular claseelectiva de la Universidad de Minnesota explora cuestionescomo «¿es la telaraña del Hombre Araña lo suficientemente fuertecomo para sostenerlo cuando él se mece de un rascacielos a otro?», o«¿por qué explotó Kriptón, el planeta natal de Supermán?
Trabajando de atrás hacia adelante a partir de la fuerza que senecesita para saltar un edificio en la tierra, Kakalios calculó la grave-dad de Kriptón. Concluyó que el planeta natal de Supermán habríatenido un centro de un material muy denso y altamente inestable.De ahí la explosión.
Pero, ¿y el Hombre Araña? Si su telaraña tiene la fortaleza flexiblede acero como dice la tira cómica, entonces podría sostener fácilmen-te mucho más que el peso del super héroe.
Para mucha gente, la física puede parecer técnica, aburrida y remo-ta. Y la Biblia da esa misma impresión a algunos. Muchas de las his-torias evocan imágenes de personas con barbas y batas de baño quevivieron hace mucho y muy lejos, y que tienen poco en común conel día de hoy. Pero un poquito de imaginación santificada puedehacer que las Escrituras cobren vida.
Lee la historia de Lázaro en Juan 11:17-44 y trata de imaginar lossentimientos de las personas involucradas. ¿Alguna vez has perdido aun amigo o familiar porque la ayuda no llegó a tiempo? ¿Qué podrí-an haber sentido María y Marta por Jesús? Cuatro días después delfuneral y el entierro, ¿esperaba alguien que un muerto volviera a lavida? ¿Cómo hubieras reaccionado si hubieras visto lo que se describeen los versículos 38-44? ¿Qué hubiera dicho tu mejor amigo despuésde escuchar tu historia?
La meta no es leer en la Biblia cosas que no están allí, sino enten-der y experimentar todo lo que dice el texto. Lejos de ser técnicas yremotas, las Escrituras están llenas de una verdad que puede transfor-mar nuestras vidas hoy.
Cada vez que leas o estudies la Biblia, empieza con una oraciónpara que el Espíritu Santo le dé vida de maneras que nunca has vistoantes. Luego, prepárate para que Dios te asombre y te cambie. —DCM