En la primavera del 2002, un ladrón entró en la fábrica Fowlerand Holden de Grimsby, Inglaterra. Consiguió llevarse unamodesta suma de dinero, pero no llegó muy lejos.Después de arrestar al ladrón, la firma de ingeniería de la quehabía robado se interesó en él. Se enteraron de que era adicto a lasdrogas y que necesitaba salir de ellas y encontrar trabajo.Luego, hicieron algo increíblemente generoso: le ofrecieron unpuesto en la fábrica.«Si desea pagar su deuda con la sociedad y con Fowler andHolden Ltd., —dijo el director— estamos preparados para ofrecerle unbuen empleo con la condición de que se mantenga alejado de lasdrogas.» La compañía retendrá una cuarta parte de su salario hastaque haya pagado el costo del robo.Antes del inicio de la nueva carrera de este señor, un líder que leofreció empleo lo trató con gracia a pesar de su delito. Segundo, él searrepintió y se volvió de su antiguo estilo de vida.Nehemías, igual que el ladrón que se convirtió en empleado, searrepintió de los pecados de la antigua Israel y oró a Dios pidiendomisericordia (Nehemías 1:4-11). Se le permitió volver a Jerusalén, laciudad capital de su pueblo los israelitas, a reedificar las murallas… aempezar su restauración [te sugerimos que leas el capítulo 2 deNehemías]. La gracia de Dios movió el corazón de Artajerjes, rey deBabilonia, el cual dio a Nehemías un puesto nuevo. Pasó de sercopero del rey a gobernador de Judá.Ya sea que te puedas identificar más con el ladrón o con el cope-ro, ambas historias te pueden ayudar a empezar de nuevo este mesde enero. Dios te ha mostrado su gracia de muchas maneras. En res-puesta a su favor, ¿querrás arrepentirte del pecado que hay en tuvida y honrarlo?Empieza este año con un cambio de corazón. Busca a Aquel quete va a dar verdadero «éxito» (Nehemías 2:20). Humíllate delante deDios y Él te revelará los pasos nuevos que desea que des. —TF