Narices fruncidas y caras de asco… A veces, así reacciona mi familia ante la comida que preparo; en especial, cuando estoy probando algo nuevo en la cocina. Hace poco, tuve mucho éxito con una versión exclusiva de fideos con salsa de queso. Anoté los ingredientes y guardé la receta para consultarla en el futuro. Sin esas instrucciones, sabía que la próxima tanda sería un fracaso.
Sin las instrucciones de Dios, Josué habría fracasado al guiar a los israelitas para entrar en la tierra prometida. El primer paso era esforzarse y ser valiente (Josué 1:6). Luego, tenía que meditar constantemente en el libro de la ley. Y por último, debía hacer todo lo que ese libro decía. Mientras Josué siguiera las instrucciones, Dios le prometió que tendría «éxito» (v. 8).
La «receta para el éxito», que Dios ofrece, puede funcionar también para nosotros. Sin embargo, su idea del éxito tiene poco que ver con el dinero, la popularidad o, incluso, la buena salud. En el texto original hebreo, «y tendrás éxito» significa «entonces actuarás con sabiduría». Así como Dios llamó a Josué para que caminara sabiamente, también desea que nosotros andemos «con diligencia […], no como necios sino como sabios» (Efesios 5:15).
Si somos valientes en el Señor, disfrutamos de Su Palabra y lo obedecemos, tenemos una receta para el éxito espiritual mejor que cualquier otra cosa que elaboremos por nuestra cuenta.