En el 2010, el Año Nuevo chino cae en la misma fecha que el día de San Valentín. Aunque estas dos fiestas tienen orígenes muy distintos, hay ciertas similitudes en la forma de celebrarlas. En ambos casos, los seres queridos se dan presentes para expresarse su amor. Ya sea que se regalen rosas a la persona amada en el día de San Valentín o hong bao [paquetes rojos con dinero] a la familia y a los amigos en el Año Nuevo chino, todos son símbolos de amor.
Nuestro Señor Jesucristo les ordenó a Sus discípulos que se amaran unos a otros porque, de este modo, «conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros» (Juan 13:34-35).
El amor que nuestro Señor quiere que Sus discípulos tengan unos con otros es diferente al sentimiento romántico que se demuestra entre una pareja de enamorados o el afecto fraternal que existe entre amigos o familiares. Es un amor sin egoísmo. La palabra griega que Juan empleó en el mandamiento de Jesús es ágape, la clase de amor que caracteriza a Dios, que no espera nada a cambio. Esto fue lo que el Señor mostró a Sus discípulos cuando «puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos» (v. 5). Es la clase de amor que exhibió cuando fue a la cruz a morir por nosotros.
Busca hoy a alguien a quien puedas demostrarle este amor sin egoísmo.