¿No te enojas cuando ves a hermanos cristianos meter la pata? Van a fiestas y se emborrachan, caen en pecado sexual, y se vuelven sarcásticos e insociables. ¿No te dan ganas de darles una cachetada por tontos?
Si es así, estás equivocado.
El pecado no es algo que debamos encubrir. Pero nuestra actitud a veces puede ser tan áspera que no exactamente invita al hermano o a la hermana a que regrese. ¡Uno pensaría que la ofensa fue contra nosotros!
Examina Lucas 15. Jesús dijo parábolas sobre tres cosas perdidas: una oveja, una moneda y un hijo. En la primera parábola, las ovejas son una analogía apropiada para nosotros. A diferencia de los otros animales, las ovejas no necesariamente saltan de su corral intempestivamente, sino que empiezan a vagar. Cuando se dan cuenta se han alejado mucho del rebaño.
¿Y qué hizo el pastor cuando una de sus ovejas se extravió? ¿Se enojó? No, sino que fue a buscarla. Y cuando la encontró, el pastor se regocijó. Hasta reunió a sus vecinos para celebrar. Así se regocijan en el cielo cuando un pecador se arrepiente. (Y la música de acompañamiento no es un coro de ángeles que canta: «¡Ya era hora!»)
A veces damos a la gente la impresión opuesta. No ven a Dios como el padre que aguarda, esperando el primer vislumbre de su hijo que se asoma por una colina para correr en dirección suya y darle la bienvenida a casa. Puede que reciban una imagen más negativa de nosotros.
Es verdad que debemos ver el pecado de la manera en que Dios lo ve. Pero también deberíamos ver a la gente como la ve Dios. El problema comienza cuando miramos a la gente de la manera en que Dios ve el pecado.
¿Está alguno de tus amigos metiendo la pata ahora mismo? ¿Qué deberías hacer? Ora para que Dios te dé un corazón compasivo, un corazón que te lleve a buscar a tu amigo. Luego, cuando tu amigo regrese, lejos de ser como el hermano del hijo pródigo, estarás listo para ir a la fiesta. —JC
R E F L E X I Ó N
■ ¿Cómo reacciono ante los fracasos morales de mis amigos?
■ ¿Cómo me puedo parecer más al pastor y al padre de las parábolas de Cristo?
■ Señor, me enojo mucho cuando veo a mis amigos cristianos meter la pata. Ayúdame a tener un corazón de compasión que se quebrante por las mismas cosas que se quebranta el tuyo.