En su libro Breaking Down Walls [Derribando barreras], Glen Kehrein relata lo que vio desde la universidad donde estudiaba en Chicago, después del asesinato del defensor de derechos humanos, Dr. Martin Luther King Jr., en 1968: «Los disparos se entrecruzaban de forma escalofriante entre los edificios, y […] mi ubicación en el techo ofrecía una vista cercana aunque horrorosa […]. ¿Cómo podía ser que yo llegara de un trigal en Wisconsin a un campo de batalla en el centro de Chicago en menos de dos años?». Impulsado por su amor a Cristo y a personas con trasfondos diferentes al suyo, Glen vivió en la zona oeste de Chicago y encabezó un ministerio que suministraba comida, ropa, refugio y otros servicios, hasta su muerte en 2011.
Su vida refleja los esfuerzos de creyentes en Cristo que se han sentido impulsados a alcanzar a los que son diferentes a ellos. La enseñanza y el ejemplo de Pablo ayudó a los creyentes de Roma a ver que el plan de Dios para rescatar a la humanidad descarriada incluía a judíos y gentiles (Romanos 15:8-12). Somos llamados a seguir el ejemplo de Cristo en aceptar a los demás (v. 7); el prejuicio y la discordia no deben existir en los llamados a glorificar a Dios «unánimes, a una voz» (v. 6). Esforcémonos para dejar un legado de aceptación.