«Avancemos… Más… Rápido», dice el Dr. Ian Malcolm en la emblemática escena de la película Jurassic Park, mientras huyen de un tiranosaurio en un Jeep. Cuando el conductor mira por el retrovisor, ve la mandíbula del furioso reptil, justo encima de las palabras: «Los objetos en el espejo pueden estar más cerca de lo que parecen».
La escena es una combinación magistral de intensidad y humor negro. Pero a veces, miramos por el «espejo» de nuestra vida y vemos los «monstruos» de los errores del pasado que se asoman y amenazan abrumarnos con culpa o vergüenza.
El apóstol Pablo entendía el poder paralizador del pasado. Durante años, había intentado vivir a la perfección lejos de Cristo, y hasta perseguía a los cristianos (Filipenses 3:1-9). Los reproches por su pasado podrían haberlo paralizado con facilidad.
Pero Pablo encontraba tal belleza y poder en su relación con Cristo que se sentía impulsado a olvidar su vieja vida (vv. 8-9) y mirar adelante con fe: «una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta» (vv. 13-14).
Cristo nos ha liberado para vivir para Él. No tenemos que permitir que esos «objetos en nuestro espejo» dicten nuestro rumbo.