Nuestra nieta Maggie, de edad preescolar, y su hermana Katie, que va al jardín de infantes, llevaron varias mantas al patio trasero, donde construyeron una tienda para jugar. Ya habían estado allí durante un rato, cuando la madre escucho que Maggie la llamaba.
«¡Mamá, ven rápido! —gritó Maggie—. ¡Quiero que Jesús entre en mi corazón y necesito ayuda!». Aparentemente, en ese momento, sintió claramente que necesitaba a Jesús y estaba lista para poner su fe en Él.
El llamado urgente de Maggie pidiendo ayuda para confiar en Jesús me recuerda las palabras de Pablo en 2 Corintios sobre la salvación. El apóstol estaba exponiendo la realidad de que la venida de Cristo —incluso su muerte y resurrección— había instituido una era llamada «el momento propicio de Dios» (nvi). Actualmente, vivimos en dicho momento, y la salvación está a disposición de todos ahora mismo. Pablo afirmó: «He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación» (v. 2). Para todos los que todavía no han confiado en Jesús para ser perdonados, el momento de hacerlo es ahora. Es urgente.
Quizá el Espíritu Santo esté alertándote sobre tu necesidad de poner tu fe en Jesús. No lo pospongas; haz como Maggie. Corre hacia Jesús. ¡Hoy es el día!