El travieso artista Banksy hizo otra broma pesada. Su pintura Niña con el globo se había vendido por un millón de libras en la casa de subastas Sotheby, en Londres. Poco después de que el subastador exclamara: «Vendida», sonó una alarma y la pintura se deslizó a través de una trituradora colocada debajo del marco. Banksy tuiteó una foto de los postores boquiabiertos ante la obra arruinada, y escribió: «Está, está, ya no está».
Banksy disfrutó bromear sobre la riqueza, pero no tendría que haberse molestado en hacerlo, ya que esta trae en sí muchas bromas bajo la manga. Dios dice: «No te afanes por hacerte rico […]. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo» (Proverbios 23:4-5).
Pocas cosas son menos seguras que el dinero. Trabajas duro para ganarlo, pero hay muchas maneras de perderlo. Las inversiones se echan a perder, la inflación carcome, los ladrones roban, y el fuego y la inundación destruyen. Y aunque lo administres bien, tu vida pasa volando: se va, se va, se fue.
¿Qué hacer? Dios agrega: «Antes persevera en el temor del Señor todo el tiempo; porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no será cortada» (vv. 17-18). Invierte tu vida en Cristo; solo Él te guardará para siempre.