A menudo, Jorge y Elisa tienen una «noche de chistes» mientras cenan con sus cuatro hijos de edad escolar. Cada uno cuenta chistes que leyeron, escucharon o inventaron durante la semana. Esta tradición ha generado recuerdos divertidos; incluso, las risas han ayudado a levantar el ánimo de los niños en días difíciles.
C. S. Lewis escribió sobre los beneficios de las charlas alegres alrededor de una mesa: «Nada bajo el sol vale ni la mitad de lo bueno que es que una familia ría mientras come».
Proverbios 17:22 habla de la sabiduría de fomentar un corazón alegre, y ofrece una «receta» para sanar el alma y mejorar la salud: «El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos». Este medicamento cuesta poco y trae grandes resultados.
Todos necesitamos esta receta bíblica. Las conversaciones alegres pueden resolver desacuerdos, y ayudarnos a tener paz aun después de un examen estresante en la escuela o un día difícil en el trabajo. Las risas entre familiares y amigos suelen crear un lugar seguro donde todos se sienten queridos.
¿Necesitas incorporar más risas en tu vida como un «buen remedio» para tu espíritu? Recuerda que tienes el estímulo de las Escrituras para cultivar un corazón alegre.