Los doctores Tani y Modupe Omideyi habían crecido en Nigeria y fueron a estudiar al Reino Unido. Tras haber sido transformados por la gracia de Dios, nunca imaginaron que serían utilizados para transformar a una de las comunidades más pobres de Inglaterra: Anfield, en Liverpool. A medida que ambos seguían fielmente al Señor y servían a su comunidad, Dios devolvió la esperanza a muchos. Lideran una iglesia vibrante y siguen desarrollando numerosos proyectos comunitarios que han transformado las vidas de innumerables personas.
Manasés también transformó a su comunidad; primero, para mal, y luego, para bien. Coronado rey de Judá a los doce años, hizo desviar a su pueblo, e hicieron grandes males durante varios años (2 Crónicas 33:1-9). Finalmente, Dios permitió que llevaran prisionero a Manasés a Babilonia (vv. 10-11).
En su desesperación, el monarca clamó humildemente a Dios, quien lo escuchó y le devolvió el reino (vv. 12-13). Ya reformado, el rey «reparó luego el altar del Señor […]; y mandó a Judá que sirviesen al Señor Dios de Israel» (v. 16). Cuando los judíos vieron la transformación de Manasés, ellos también fueron transformados (v. 17).
Quiera Dios que, al buscarlo, seamos transformados, y que Él impacte a nuestras comunidades a través de nosotros.