La película El discurso del rey narra la historia del rey Jorge vi de Inglaterra, quien, inesperadamente, asumió el trono cuando su hermano abdicó. Con el país al borde de la Segunda Guerra Mundial y la creciente influencia de la radio, los funcionarios querían un líder elocuente. Sin embargo, Jorge vi era tartamudo.
Me llamó la atención el papel de su esposa, Elizabeth, la cual, con firme devoción, fue una fuente constante de ánimo para él, respaldándolo para superar su problema y gobernar bien.
La Biblia resalta historias de incentivadores que ayudaron poderosamente durante circunstancias difíciles. Aarón y Hur sostuvieron a Moisés durante las batallas de Israel (Éxodo 17:8-16). Elisabet alentó a María, su parienta embarazada (Lucas 1:42-45).
Bernabé, cuyo nombre significa «hijo de consolación», apoyó a Pablo después de su conversión (Hechos 9:27). Este respaldo fue fundamental para que la comunidad cristiana aceptara al apóstol. Tiempo después, Bernabé colaboró con Pablo en la predicación (Hechos 14). A pesar de los peligros, trabajaron juntos para difundir el evangelio.
Los creyentes en Cristo también son llamados a animarse unos a otros (1 Tesalonicenses 5:11). Por eso, estemos dispuestos a alentar a los demás; especialmente, en circunstancias difíciles.