A veces, la influencia de otros puede cambiar nuestra vida en un instante. Para el legendario músico Bruce Springsteen, la obra de artistas musicales lo ayudó a superar una niñez difícil y problemas constantes de depresión. Una de sus obras transmite la verdad que él experimentó en carne propia: «Puedes cambiar la vida de alguien en tres minutos con la canción correcta».
Del mismo modo, palabras bien elegidas pueden brindar esperanza e, incluso, cambiar el curso de una vida. Sin duda, casi todos podríamos compartir historias de conversaciones que nos impactaron: con un maestro que cambió nuestra perspectiva, con alguien que nos alentó y restauró la confianza, con un amigo que nos sostuvo en un momento difícil.
Quizá por eso, Proverbios enfatiza tanto nuestra responsabilidad de valorar las palabras y nuestra forma de usarlas. La Biblia nunca se refiere a «hablar por hablar», sino que enseña que las palabras pueden tener consecuencias de vida o muerte (18:21). Con pocas palabras, podemos aplastar a alguien o brindar esperanza y fortaleza (15:4).
No todos tenemos el talento para componer música grandiosa, pero sí podemos buscar la sabiduría de Dios para servir a otros con nuestras palabras (Salmo 141:3). Dios puede utilizarnos para cambiar una vida.