En muchos sitios web sobre crianza de los hijos, hay una frase que dice: «Prepara al niño para el camino, no el camino para el niño». En lugar de intentar quitar todos los obstáculos y allanar el camino a nuestros niños, deberíamos prepararlos para enfrentar las dificultades que encuentren.
El salmista escribió: «[Contaremos] a la generación venidera las alabanzas del Señor, y su potencia, y las maravillas que hizo. Él estableció testimonio […] y puso ley […] la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; […] y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos» (Salmo 78:4-6). El objetivo era que pusieran «en Dios su confianza, y no se [olvidaran] de las obras de Dios; que [guardaran] sus mandamientos» (v. 7).
Piensa en el poderoso impacto espiritual que otros tuvieron sobre nosotros a través de lo que dijeron y de cómo vivieron. Sus palabras y ejemplo avivaron un fuego en nosotros para seguir a Jesús como ellos.
Es un maravilloso privilegio y responsabilidad compartir la Palabra de Dios y su plan para nuestra vida con las nuevas generaciones. No importa lo que venga más adelante, queremos que estén preparados para hacerle frente en el poder del Señor.