En el funeral de Charles Schultz (1922-2000), creador de la historieta Peanuts, su amiga y también humorista Cathy Guisewite habló de su humanidad y compasión: «Le dio al mundo personajes que sabían exactamente cómo nos sentimos todos, que nos hacían sentir que no estábamos solos nunca. Además, se dio a sí mismo e hizo que siempre nos sintiéramos acompañados […]. Nos alentaba. Se compadecía con nosotros. Nos hacía sentir que era exactamente igual a nosotros».
Cuando sentimos que nadie nos comprende ni puede ayudarnos, podemos recordar que Jesús se dio a sí mismo y que sabe exactamente cómo somos y lo que estamos enfrentando hoy.
Hebreos 2:9-18 presenta la asombrosa verdad de que Jesús compartió plenamente nuestra humanidad durante su vida en la Tierra (v. 14). Gustó la muerte por todos (v. 9), destruyó el poder de Satanás (v. 14) y libró «a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre» (v. 15). Jesús se hizo como nosotros: «semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere (v. 17).