Un año, los responsables de decorar su iglesia para Navidad decidieron usar el lema «listas navideñas». En lugar de colocar los habituales adornos dorados y plateados, le dieron a cada persona una tarjeta roja o verde. De un lado, tenían que escribir qué regalo les gustaría recibir de Jesús; y en el otro, qué le regalarían a Aquel cuyo nacimiento se celebraba.
Si tuvieras que hacer eso, ¿qué pedirías y qué regalarías? La Biblia nos da muchísimas ideas. Dios promete suplir todas nuestras necesidades, así que podemos pedir trabajo, ayuda en problemas financieros, sanidad física para nosotros y para otros o restauración de una relación rota. Tal vez nos preguntemos qué don espiritual nos equipa para servir a Dios. Muchos están enumerados en Romanos 12 y 1 Corintios 12. O tal vez anhelemos mostrar más del fruto del Espíritu Santo: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza (Gálatas 5:22-23).
El presente más importante que podemos recibir es el regalo de Dios: su Hijo, nuestro Salvador; y con Él, perdón, restauración y vida eterna. Además, el regalo más importante que podemos hacerle a Jesús es nuestro corazón.