Para ayudar a su equipo de arquitectos jóvenes a entender las necesidades de sus clientes, David Dillard los envía a «pijamadas». Se ponen sus pijamas y pasan 24 horas en un centro para personas de la tercera edad, en las mismas condiciones que ellos: con audífonos para simular pérdida de audición, dedos pegados con cintas para limitar la destreza manual y gafas para representar problemas visuales. Dillars declara: «Lo más beneficioso es que, cuando envío jóvenes de 27 años, vuelven con un corazón diez veces más grande. Conocen a las personas y entienden sus dificultades».
Jesús vivió 33 años en esta Tierra como un ser humano. Fue hecho como nosotros, «en todo semejante a sus hermanos» (Hebreos 2:17), para saber cómo se vive con un cuerpo humano en este mundo. Por eso, entiende las luchas que enfrentamos y se pone a nuestro lado para comprendernos y alentarnos.
«Pues en cuanto [Jesús] mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados » (v. 18). El Señor podría haber evitado la cruz, pero obedeció a su Padre. Con su muerte, destruyó el poder de Satanás y nos libró del temor a la muerte (vv. 14-15).
En toda tentación, Jesús camina a nuestro lado para alentarnos, fortalecernos y darnos esperanza.