Hace 50 años, se televisó por primera vez el musical La Navidad de Charlie Brown. Algunos ejecutivos del canal pensaron que nadie la vería, y otros temían que los televidentes se ofendieran si se citaba la Biblia. Por eso, le pidieron al autor que omitiera la escena de la Navidad, pero se negó. Poco después, el programa era un éxito, y todavía sigue emitiéndose cada año.
Cuando Charlie Brown, el frustrado director de una obra infantil navideña, se desanima ante la atmósfera comercial de la celebración, pide que alguien le explique el verdadero significado de la Navidad. Linus recita Lucas 2:8-14, que incluye este pasaje: «que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (vv. 11-14). Y agrega: «De eso se trata la Navidad».
En medio de las dudas y los sueños que tenemos en esta época, es bueno volver a meditar en el gran amor de Dios manifestado en la conocida historia del nacimiento de Jesús, el Salvador.