Month: noviembre 2015

Manifiesto celestial

Cuando presenté mi pasaporte en el mostrador de Kenya Airways, buscaron mi nombre en el manifiesto de pasajeros (la lista de los que viajan) y no estaba. ¿Cuál era el problema? Sobreventa y falta de confirmación. Mi esperanza de llegar a casa ese día se frustró.

El peor momento

C. S. Lewis y su hermano Warren estudiaron varios años en un internado para niños en Inglaterra. El director era un hombre cruel, quien hacía que la vida fuera insoportable para todos. Mucho tiempo después, Warren escribió con su humor sencillo y sarcástico: «Ahora tengo poco más de 64 años, y hasta ahora, nunca he estado en una situación en la que no me haya consolado pensar que, por peor que fuera, siempre era mejor que lo que viví en el internado». Casi todos podemos recordar situaciones difíciles y dar gracias porque estamos mejor ahora que entonces.

Vernos a nosotros mismos

Antes de que se inventaran los espejos o las superficies pulidas, las personas rara vez se veían a sí mismas. Una de las únicas manera de hacerlo era reflejándose en pozos de agua o en ríos calmos. Sin embargo, los espejos cambiaron todo. Más tarde, la invención de las cámaras fotográficas otorgó una dimensión completamente nueva al aspecto exterior. Ahora, tenemos imágenes nuestras de un determinado momento, que nos acompañan durante toda la vida. Pero todo esto puede llegar a perjudicar nuestro bienestar espiritual, al preocuparnos más por la apariencia y dejar de lado nuestro interior.

Ayuda de afuera

Durante un viaje de negocios, mi esposo acababa de instalarse en la habitación del hotel, cuando oyó un ruido extraño. Salió al pasillo para averiguar qué pasaba y escuchó que alguien gritaba desde otro cuarto cercano. Le pidió ayuda a un empleado, y descubrieron que un hombre había quedado encerrado en el baño. La puerta se había trabado, y el hombre entró en pánico. Como sentía que no podía respirar, empezó a gritar para que lo ayudaran.

¡No quiero!

Cuando nuestros hijos eran pequeños, uno de ellos dijo rotundamente que no cuando le pasamos unas arvejas en la cena. Ante eso, replicamos: «¿No qué?». Esperábamos que dijera: «No, gracias», pero su respuesta fue: «¡No quiero arvejas!». Eso nos llevó a hablar de la importancia de los buenos modales. En realidad, tuvimos conversaciones similares en varias ocasiones…

Con y en nosotros

Mi hijo acababa de empezar la guardería infantil. El primer día, lloró y dijo: «No me gusta la guardería». Mi esposo y yo hablamos del tema con él y le dijimos: «Quizá nosotros no estemos allí físicamente, pero estamos orando por ti. Además, Jesús está siempre contigo».

Más allá de la decepción

Un video gracioso muestra a un niño que se entera de que va a tener una hermana. En medio de su decepción, se lamenta: «¡Siempre nenas, nenas y más nenas!».

Oídos y boca

Es muy probable que conozcas esta frase: «Dios nos hizo con dos oídos y una boca, para que oigamos el doble de lo que hablamos». Puede resultar gracioso, pero, detrás del chiste, se esconde una gran verdad. Además, hay una gran diferencia entre «oír» y «escuchar». Al oír, simplemente percibimos los sonidos, mientras que, al escuchar, prestamos atención a lo que oímos.

El evento principal

Mientras miraba una exhibición de fuegos artificiales durante una celebración en la ciudad donde vivo, me distraje. Hacia ambos lados del evento principal, se veían ocasionalmente destellos de fuegos más pequeños. Eran bonitos, pero hicieron que me perdiera de disfrutar la exhibición más espectacular que estaba justo arriba de mi cabeza.

El premio mayor

En todas las actividades, hay un premio que se considera el epítome del reconocimiento y el éxito. Entre «los grandes premios», se encuentran una medalla de oro olímpica, un Grammy, un Oscar o un Premio Nobel. Sin embargo, hay un premio mayor que toda persona puede obtener.