La vida asume diferentes matices cuando la vemos a través de os ojos de un niñito de dos años de edad. Con la ayuda de nuestro hijo Wyatt, estoy viendo el mundo en un caleidoscopio de colores. La mayoría de los días Wyatt experimentará algo nuevo — algo que es común y corriente para aquéllos de nosotros que han vivido lo suficiente como para que la vida pierda su sentido de asombro. Hace unas cuantas noches Wyatt descubrió la oscuridad.

Generalmente ponemos a Wyatt a dormer como a las 8:00, y normalmente él esta en su habitación antes de que el sol desaparezca. A su edad, la memoria cognitiva sólo alcanza a recordar unos tres o cuatro meses atrás. Así que Wyatt no recordaba haber visto el mundo que nosotros llamamos noche.

No me di cuenta de esto hasta que estábamos conduciendo a casa más tarde de lo usual. La atención de Wyatt estaba fija en la ventana. Luego de mirar con los ojos clavados por un ratito, dijo lenta y deliberadamente, «Oscuro». Su palabra estaba cargada de descubrimiento.

Cuando llegamos a casa, insistió en ir a la puerta trasera para mirar su mundo recién descubierto. Presionó su nariz contra el vidrio frío, miró detenidamente la nada negra, dónde sólo se mecía la insinuación más tenue de las sombras de los árboles, y dijo con éxtasis, «Oscuro».

Más tarde esa noche, cuando salí a nuestra terraza trasera, la noche me pareció diferente. Era la misma, y sin embargo, no lo era. No sé como describirla — era extraña e inquietante; era fascinante. Era . . . bueno, oscura. Y no puedo recordar haber visto alguna vez la oscuridad de la manera en que lo hice en ese momento.

No era que jamás había experimentado la oscuridad antes —la experimentaba cada día. Era simplemente que la oscuridad como que ya no me parecía oscuridad. Yo era como las personas de quienes hablaba Isaías, que confunden la luz de Dios y la oscuridad del pecado, que les permite confundirse como si no hubiera una verdadera distinción (Isaías 5:20).

La dolorosa verdad es que el mundo caído es oscuro. Pero Dios no lo es. Ver lo que es oscuro nos ayudará a tener esperanza en lo que Dios es — luz.  —WC