Los Hechos de los Apóstoles, el quinto libro del Nuevo Testamento, registra el comienzo de la iglesia cristiana encabezada por los líderes que había designado el Señor Jesús. Algunos eruditos han sugerido que también podría llamarse «los Hechos del Espíritu Santo», ya que su poder les dio valor a los apóstoles para enfrentar las dificultades.
Justo antes de que Jesús ascendiera al cielo, les dijo a quienes había escogido: «recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra» (Hechos 1:8). Con esas palabras, terminó un capítulo de la historia de la obra divina en la Tierra y empezó uno nuevo. Nosotros somos parte de esa historia en curso.
Hechos describe el testimonio fiel de Pedro, Juan, Bernabé, Pablo, Dorcas, Lidia y muchos otros durante los primeros tiempos de la Iglesia. Estas personas comunes y corrientes dependieron del Señor para obtener fortaleza mientras difundían su Palabra y demostraba su amor.
Esa historia continúa a través de nosotros. A medida que confiamos en Dios y obedecemos sus instrucciones para dar a conocer a Jesús, Él escribe nuevas páginas de su historia de la redención.