Se ha puesto en onda agradecer a Dios. Considera a un cantante de ritmo & blues de gran éxito quien le dijo a un periodista, «Dios ha sido tan bueno conmigo. Sin duda, podría simplemente ser la gracia de Dios y mi persistencia, oración, y paciencia. A través de eso, he podido cantar ininterrumpidamente por todo el mundo.»

El periodista que captó estos comentos también captó una interesante comprensión profunda de este joven cantante: Su devoción personal no parece encajar con su testimonio público de Dios. Y sus melodías . . . bueno, en el nuevo álbum aparecen «canciones que abiertamente hablan de engañar y de querer separarse.»

Más adelante en la entrevista, el artista musical (reflexionando sobre su popularidad mundial), declaró, «Dios simplemente ha sido muy bueno conmigo. Simplemente soy una persona bendecida, ¿sabe?.»

Es tan fácil agradecerle a Dios por Su bondad cuando el sol está brillando y los pajaritos cantan — pero, ¿de qué manera somos buenos con Él? No me malinterpretes, estoy totalmente a favor de agradecer y alabar a Dios. Pero Él merece mucho más que una simple adoración de labios.

Jeremías recibió un mensaje acerca de lo que trata una verdadera relación con Dios. Dios le dijo que le dijera a Su pueblo «De ti recuerdo el cariño de tu juventud, el amor de tu desposorio, de cuando me seguías en el desierto» (2:2). La palabra «devoción» proviene del hebreo hesed, que significa una relación de amor leal que es íntima y muy cercana.

Dios declaró que la devoción que los israelitas una vez habían profesado se había ido. En un juego de palabras, dijo que habían «se alejar[o]n de mí y anduvieran tras lo vano y se hicieran vanos» (v.5).
Si nos tomamos esto a pecho, puede que a menudo
expresemos, «Oh Dios, ¡eres tan bueno!» (especialmente cuando recibimos algo nuevo o un nuevo empleo, o . . .). Pero no se trata de decirle a Dios que Él es bueno sólo cuando nos suceden cosas buenas. Él es bueno todo el tiempo.

Lo que Dios quiere es nuestra devoción completa — palabras buenas y acciones piadosas que revelen nuestra cercana relación de amor con Él. Sigamos agradeciéndole con nuestros labios y con toda nuestra vida. Eso será algo verdaderamente en onda.  —TF