El llamado de auxilio «Mayday» es un llamado desesperado por ayuda. Se usa esta palabra de señal radiotelefónica internacional como un llamado de angustia sólo en casos de «grave e inminente peligro». Cualquiera que escucha un llamado de auxilio «Mayday» sabe que la persona que lo está enviando está en graves problemas y que puede que no sobreviva sin asistencia inmediata.
Salmos 40:11-17 es un Mayday espiritual. Es el grito de David —un hombre a punto de hundirse bajo las olas de la confusión. Por dentro, está sufriendo por su propia desobediencia a Dios. «mis iniquidades me han alcanzado, y no puedo ver; son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, y el corazón me falla» (v.12). Por fuera, teme por su seguridad. «Sean avergonzados y humillados a una los que buscan mi vida para destruirla; sean vueltos atrás y cubiertos de ignominia los que se complacen en mi mal» (v.14). En ambos casos, él suplica rescate inmediato. «apresúrate, SEÑOR, a socorrerme . . . Dios mío, no te tardes» (vv.13,17).
No todas nuestras situaciones desesperadas son obra nuestra. Pero incluso cuando nuestros errores y nuestra desobediencia nos han llevado a que ya no aguantemos más, podemos volvernos al Señor por ayuda.
Es difícil imaginar a alguien resistiéndose al rescate después de llamar por ayuda. Pero, ¿alguna vez nos hemos negado a aceptar las condiciones de Dios para rendirnos a Él cuando quiere sacarnos del lío en que nos encontramos? Incluso cuando el peligro es amenazador y nuestra necesidad es apremiante, como el salmista, nosotros debemos buscar la protección por medio del plan de Dios «Tú, oh SEÑOR, no retengas tu compasión de mí; tu misericordia y tu verdad me guarden continuamente» (v.11).
Estamos buscando rescate inmediato, pero Dios también quiere ser nuestro Ayudador y Salvador cuando lo buscamos cada día.
El término Mayday tiene sus orígenes en el francés m’aidez — que significa «ayúdeme». Cuando clamamos a Dios por Su ayuda, debemos esperar que Él responda al rendirnos a Sus caminos. —DCM