Recientemente, Charlie Gibson, de la cadena ABC, informó de una tendencia cada vez mayor en las escuelas y universidades a hacer trampa usando alta tecnología. A lo largo de una investigación de seis meses descubrió que los estudiantes usaban cámaras de teléfono celular, mensajes de texto, y PDAs para hacer trampa de una manera más eficiente. Y el plagio de la Internet con el método de corta y pega ha reemplazado ahora a la trascripción de extensos pasajes de alguna enciclopedia, tal y como lo hacían los estudiantes una generación atrás.
Un aspecto perturbador de esta tendencia es que muy pocos estudiantes parecían experimentar culpa alguna por lo que estaban haciendo. Algunos de ellos cínicamente argumentaron que hacer trampa en la universidad era una buena preparación para una carrera comercial en la que tendrían que hacer lo que fuera necesario para tomar la delantera.
«Tarde o temprano van a quedar atrapados», —advirtió un profesor—. No han aprendido una lección a este nivel y esto les va a crear problemas más adelante en la vida.»
Eso me parece un aspecto clave. Cierto, luego que salí del colegio no hice uso de gran parte de las cosas que había aprendido allí. (Por ejemplo, nunca más tuve que saber lo que era un «triángulo isósceles»). Pero además de los beneficios obvios de una amplia educación, el adquirir conocimiento es uno de los componentes más importantes para desarrollar un buen discernimiento.
En el libro de Proverbios, las palabras sabiduríay conocimientoa menudo van unidas al discernimiento: «Guarda la prudencia y la discreción» (3:21). «En el corazón del prudente reposa la sabiduría» (14:33). «El corazón inteligente busca conocimiento» (15:14). Y «El sabio de corazón será llamado prudente» (16:21).
Mickey Imber, un profesor de la Universidad de Kansas, dice que «si se adquiere una amplia base de conocimiento … se puede razonar para abrirse paso hacia convicciones que se sostendrán de manera sensata». Salomón escribió: «Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia» (4:5).
Tomar atajos en la escuela te puede llevar a tomar atajos el resto de tu vida. Y eso te pondrá en desventaja para desarrollar el tipo de discernimiento que necesitarás para tomar buenas decisiones, explicar tus convicciones y ser una persona «sabia de corazón» (Proverbios 16:21). —CK