La industria de la comida rápida le ha hecho un control a la panza. Con clientes que demandaron a diversos concesionarios por «causarles obesidad» y otros reclamos cuestionables, era hora de hacer que sus menús parecieran estar más conscientes de la salud.
McDonald’s fue quien echó por la borda todo el asunto del tamaño super gigante. A partir de 2005 ya no tendremos más la opción de ordenar una porción de papas fritas tamaño super gigante (¡que puede alimentar a una familia de cuatro personas!) con nuestro Big Mac. Sus ofertas incluirán más fruta, verduras y yogurt.
El tamaño super gigante está fuera de onda. Comer sabiamente está de moda.
Yo estoy totalmente a favor de la comida saludable, pero en última instancia, nuestra vitalidad y la extensión de nuestra vida no se determina por cuántos Big Macsconsumamos. La calidad de vida puede realzarse con lo que comamos, pero sólo Dios elige cuándo nos llama al hogar celestial (Job 14:5).
En Isaías 38, Ezequías, rey de Judá, recibió una mala noticia encima de haber estado lidiando con mala salud. Isaías le dijo: «Pon tu casa en orden, porque morirás y no vivirás» (v.1).
El buen rey decidió ir a la fuente de la sanidad y de la buena salud. (No, no era la página de Internet de la dieta Atkins.) Ezequías se volvió a Dios. Oró diciendo: «Te ruego, oh SEÑOR, que te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante tus ojos» (v.3).
Dios escuchó la oración del afligido líder y eligió restaurarle la salud y aumentarle sus años de vida. Ezequías comprendió lo que había sucedido y agradeció a Dios diciendo: «Restabléceme la salud y haz que viva» (v.16).
Esa es la perspectiva apropiada en cuanto a la salud y la longevidad. Depende de Dios si hemos de mantenernos con salud o no. Vive una vida saludable, pero no tengas expectativas en cuanto a lo que Dios elegirá hacer con tu salud. Y no estés tan absorto en la comida que consumes y en tu estilo de vida hasta el punto en que Dios quede fuera de la ecuación.
Agradécele hoy por la salud y la cantidad de días que Él ha elegido darte. —TF