Dragonfly(Libélula), la romántica película de suspenso protagonizada por Kevin Costner, cuenta la historia de la lucha de un hombre contra el dolor, la pérdida y la inevitable desesperanza que surge de creer que esta vida, el aquí y ahora, es todo lo que hay.

Costner interpreta al Dr. Joe Darrow, el jefe de la sala de emergencias de un hospital de Chicago. Siendo un hombre de ciencia que insiste en atenerse únicamente a los hechos y a las evidencias concluyentes antes de creer, Darrow se burla de todo lo que sea espiritual o sobrenatural. Su naturaleza cínica se hizo aún más sombría cuando su esposa Emily muere en un accidente inesperado.

Enojado con la vida y amargado con la muerte, Joe se sumergió en su trabajo y descubrió que llegó a su límite emocional. Su desesperada situación emergió una noche cuando atendió a una mujer que había sido llevada de emergencia unas horas antes por intento de suicidio. Descubrió que ella era un alma quebrantada con un corazón agobiado, que se retorcía de desesperación, pero que aún estaba viva. «¿Por qué me han hecho esto? —preguntó, exigiéndole que le respondiera por qué le habían salvado la vida—. Quería ir a un lugar mejor.»

«¿Es eso cierto? —preguntó él al mismo tiempo que su cinismo volvía a la superficie—. Permítame hablarle acerca de ese mejor lugar al que cree que va a ir. Es mejor que se asegure de que esté allí. Porque con todo lo horrible que sea este lugar, es todo lo que hay. O sea que, ¡adelante, no faltaba más! Pero si no se vuelve a despertar, no diga que no se lo advertí.»

Darrow se dio vuelta para ver a un sacerdote de pie a la entrada mirando con una expresión de inquietud. Al pasar por su lado mientras salía le dijo secamente: «Hola, padre. ¿Está aquí para una refutación?»

Hay una oscuridad, una desesperación que es inevitable en una visión miope de lo que es real, de lo que es verdadero. En 1 Tesalonicenses 4, Pablo habló de la realidad de la vida más allá de esta vida, y la ofreció como fuente de aliento (vv. 13-18). Si vivimos viendo lo que está viniendo (y Quién está viniendo), la esperanza y la fe serán nuestras compañeras. Incluso la parte más cínica de nuestro corazón puede derretirse ante la luz de la esperanza en esús. Él regresará un día para llevarnos a un lugar mejor.  —WC