Dios cumple su promesa de contestar la oración. Y a menudo contesta de inmediato: los fondos llegan, nuestras necesidades son satisfechas, o somos liberados de manera sobrenatural. Sin embargo, si se nos tiene esperando, la bendición espiritual que es resultado de ello puede ser muchísimo más preciosa que el quedar eximido de sufrimiento.

Me pregunto en qué estaría pensando Simeón mientras esperaba al Mesías. Durante esa época en la historia, la vida religiosa, política y social había alcanzado un punto bajo sin precedentes. Israel se encontraba bajo la dura dominación romana, y la promesa del Mesías parecía ser un sueño que se desvanecía. La mayoría de las personas habían dejado de ser íntegras. Pero había una person que representaba la verdadera piedad durante ese tiempo de bancarrota espiritual: Simeón.

Lucas dijo que era un hombre justo y piadoso (v.25). Su cami externo era coherente con su testimonio interno. Tenía cuidado de obedecer todo lo que Dios había mandado. Mientras los demás vivían lejos de Dios, Simeón disfrutaba de una relación estrecha e íntima con Él. Mientras los demás ya no insistían con la promesa del Mesías, la vida de Simeón se caracterizaba por esperar a que Dios viniera a los israelitas para librarlos a través del Mesías. Él entendía uno de los aspectos más importantes de un pacto: la fidelidad.

Debido a que Simeón caminaba muy junto a Dios y esperaba en Él, Dios lo bendijo haciéndole ver al Mesías. Podía morir en paz.
Si te encuentras en medio de una demora, recuerda que cuando Dios hace una promesa la cumple. Aunque pasen los años, Dios cumplirá sus promesas. Aunque el horizonte espiritual se vea oscuro, Dios mantendrá sus promesas. El cumplimiento de la promesa de Dios es más dulce que cualquier otra cosa que jamás podríam imaginar.

Mientras esperas en Dios, ¿estás caminando muy junto a Él? ¿Tienes cuidado de obedecer todo lo que Dios manda? Él quiere que confiemos en sus palabras y que seamos auténticos representantes de la verdadera piedad en medio de la falta de vida espiritual. A través de nosotros, Dios puede mostrarle al mundo que ha hablado en tiempos sin esperanzas.  —MW