Justo antes de que empezara el culto en la iglesia, oí a un joven detrás de mí que hablaba con la madre. Estaban mirando un artículo del boletín que desafiaba a leer un capítulo de Proverbios por día durante los meses de julio y agosto. Él preguntó: «¿Qué vamos a hacer con el capítulo 31 en agosto? Ese mes tiene solo 30 días». Ella le contestó que le parecía que agosto tiene 31 días. Él contestó: «No, solo tiene 30».

Cuando llegó el momento de saludarnos unos a otros durante el culto, me di vuelta hacia él y lo saludé. Y, después, agregué: «Agosto tiene 31 días». Pero él insistió: «No, no puede haber dos meses seguidos con 31 días». Empezó el canto y yo simplemente sonreí.

Este breve encuentro me hizo pensar en cuánto necesitamos desarrollar un espíritu receptivo a las enseñanzas, que busque aprender sabiduría más allá de la propia. En Proverbios 3, la actitud que el padre le recomienda tener al hijo es la humildad: «No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová…» (v. 7). En el capítulo 2, dice: «… Si inclinares tu corazón a la prudencia, […] y la escudriñares como a tesoros» (vv. 2, 4).

Saber si agosto tiene 30 ó 31 días no interesa demasiado, pero tener un espíritu receptivo a las enseñanzas sí importa. Nos ayudará a incorporar sabiduría de Dios y de los demás. Leer un capítulo de Proverbios por día durante el mes que viene podría ser un buen comienzo.