Te quiero poner al día sobre el despliegue de mis amigos militares (meditación del 30 de enero). Hasta ahora, han podido regresar con toda seguridad. Otros soldados han hecho el sacrificio máximo por su país, pero los soldados que mejor conozco no han tenido que pasar por esa prueba todavía.
Brandon, uno de mis mejores amigos, dejó su más preciada posesión —un Mustang 5.0 del año 97— a mi cuidado. El plan era que yo registrara el auto, actualizara el seguro, y le diera servicio justo antes de que él regresara.
Así que llamó el 20 de diciembre: podría venir en el siguiente avión procedente de Afganistán. ¡Falsa alarma!
Llama otra vez: ahora parece que sale el 3 de enero. O sea que yo hago todo lo que hay que hacer. Me escribe un mensaje eletrónico: retrasado otra vez.
Al momento de escribir este artículo a finales de enero, Brandon todavía no ha salido de Afganistán. E incluso cuando llegue a Alemania, los soldados que regresan se están apilando allá. O sea que puede tomarse un tiempo… pero yo estoy listo.
Ojalá estuviera igual de preparado para el regreso del Salvador. El mismo Jesús advirtió a los discípulos que la gente sabia mantiene la casa en orden, esperando el inminente regreso de su señor. Desafortunadamente, nos permitimos adormecernos y caer en una complacencia semiconsciente. Decimos que Jesús regresará pronto de los dientes para afuera; nuestras acciones dicen otra cosa.
Libros como los de la Serie «Dejados Atrás» han aumentado el interés en los tiempos del fin. No todo el mundo está de acuerdo con su teología, pero la vigilancia que fomentan los libros es valiosa. ¿Estoy recomendando que vendas todo y te vayas a las montañas a esperar al Señor? Supongo que eso depende de lo lindas que sean las montañas.
Puedes esperar al Señor justo donde estás. No es cuestión de parar todo lo que estás haciendo. Mientras hagas las cosas, considera su valor en el contexto de la eternidad que se aproxima.
Sé que me pondré contento de ver a Brandon cuando regrese. Pero cuando vea a Jesús… ¡hombre! eso será otra cosa. Quiero estar listo. —JC