La integridad es muy importante. Si no pregúntale al niño que cambió sus calificaciones en la Florida. Parece que un niño de 5to. curso de una escuela elemental de la Florida tenía ciertos problemas con sus calificaciones. Estaban muy bajas. Por eso, un día, durante la hora de almuerzo y en un momento de indiscreción, se coló en el cuarto de la maestra, entró en su computadora, y cambió sus calificaciones.
Probablemente pensó que nadie lo notaría, o que si lo notaban, le dirían: «Está bien, no lo vuelvas a hacer.» Eso no fue lo que sucedió. Cuando la escuela se enteró de sus jugarretas, hicieron que lo arrestaran y formularon cargos contra él. ¿Su posible sentencia? Once años en una correccional juvenil.
¡Caray! Esa es una consecuencia grande para una falta de integridad momentánea.
Probablemente sea más sorprendente porque el asunto de la integridad está últimamente pasando por épocas difíciles, y muchas veces vemos a la gente disculpar la falta de confiabilidad con la teoría de que nadie es perfecto. ¿Por qué es eso tan importante?
Por una razón. Porque la Palabra de Dios le da mucha importancia. Proverbios 11:3 dice: «La integridad de los rectos los guiará, mas la perversidad de los pérfidos los destruirá.» ¿Destruirá? ¡Eso es algo muy grande!
El autor del proverbio también dice esto de la sinceridad moral: «El que anda en integridad anda seguro, mas el que pervierte sus caminos será descubierto» (10:9). Tener integridad asegura que vamos a tener la conciencia limpia, libre del temor de que nos descubran. La integridad nos da un corazón calmado y una liberdescubran. La integridad nos da un corazón calmado y una libertad mental que la falta de honestidad no puede proveer nunca.
Piensa ahora en tus tratos con los demás. ¿Estás actuando con integridad porque sabes que es la manera de Dios y que Él te honrará por ello? ¿O piensas a veces que el costo de la integridad es más alto que el pago de la falta de honestidad? Cuando consideres tu respuesta, sé honesto. —JDB