La pereza es pecado original. Eso dice M. Scott Peck en su béstseller The Road Less Traveled[El camino menos trillado].Antes de que protestes, permíteme explicar (sobre todo al Dr.Peck, a quien no le encantaría la forma en que he simplificado excesivamente toda una sección de su libro).

Peck argumenta que la raíz de muchos males es nuestra propiapereza. Cree que el letargo lleva a la pérdida de la virtud.

Con esto en mente, es mi opinión que Adán y Eva fueron demasiado haraganes como para ir a buscar a Dios y preguntarle acerca de esas aparentes mentiras que Satanás estaba divulgando. Si te fijas en cada vez que sucumbes a la tentación, probablemente encuentres un elemento de pereza. A mí me sucede.

El éxito en la vida requiere arduo trabajo y diligencia. Eso podría sonar como «el peor discurso de graduación del mundo», pero también es verdad. Académicamente, las buenas calificaciones no suceden automáticamente. Emocionalmente, las relaciones no crecen a menos que nos comprometamos al trabajo que se necesita para extendernos de maneras que muchas veces son incómodas.

Y ni siquiera hay que mencionar que el crecimiento espiritual conlleva esfuerzo (Romanos 12:11; 2 Pedro 1:5-8). En la vida cristiana no hay haraganes. Si no te aplicas, tu fe sufre.

No estoy abogando por que te conviertas en «adicto al trabajo» sin equilibrio ninguno. Todo el mundo necesita tiempo para relajarse. Sin embargo, reconoce que nuestra tendencia es buscar más que un descanso del trabajo de vez en cuando. Si nos dan la opción de descansar o trabajar, la mayoría de nosotros escogería el sofá y el control remoto.

El trabajo tiene sus recompensas. Cuando superamos nuestra inclinación natural a la pereza y tratamos de lograr algo, obtenemos unarecompensa doble:

•El trabajo produce calificaciones más altas, mejores relaciones yuna fe más firme.
•Incluso el acto de decir No a nuestro ego perezoso es saludable.Reconocemos que no siempre tenemos que ceder a nuestros impul-sos naturales.

Entonces, ¿cómo te sientes hoy? ¿Un poquito perezoso aunque tienes algo que hacer? ¿Oyes al sillón reclinable llamarte? Tómalo por loque es: ¡una tentación! La puedes superar, como todas las tentaciones,por medio de la fe en Jesucristo (1 Corintios 10:13). Luego haz algo constructivo. Te sentirás mejor.  —JC