Muchos de los primeros astronautas fueron en una época Boy Scouts. Esta agrupación era experta en despertar la imaginación de los muchachitos e inculcarles disciplina para alcanzar sus metas… aun cuando eso significara llegar hasta las estrellas.
El 20 de julio de 1969, los Boy Scouts celebraban entusiasmados mientras asistían a una conferencia. Durante el encuentro, quedaron encantados al escuchar que Neil Armstrong, ex Eagle Scout, los saludaba desde el espacio. ¡Uno de ellos había logrado concretar un sueño maravilloso!
En cierto modo, el hogar cristiano puede asemejarse a un amoroso y espiritual campamento de exploradores. La Biblia insta a los padres a brindar un entorno beneficioso en la casa para el crecimiento de los hijos. Se los exhorta a criarlos en la disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4). Criar se refiere a nutrirlos mediante la provisión de los recursos necesarios para suplir sus necesidades físicas, mentales y espirituales. La disciplina implica ocuparse de todos los aspectos del desarrollo de un niño. Y la amonestación habla de guiar por medio de palabras adecuadas y particularmente apropiadas para cada hijo.
Esforcémonos para convertir nuestro hogar en un sitio donde la disciplina con amor permita que los niños que tenemos bajo nuestra responsabilidad alcancen su máximo potencial para la gloria de Dios.