En los Estados Unidos hay una nueva prueba de aptitud dispo-nible para los estudiantes que han acabado la escuela secundaria. Es una prueba sobre la vida real. Las preguntas cubren unos30 temas diferentes y van desde cocinar hasta reparar automóviles,pasando por etiqueta y las bellas artes. Creado por el abogado HomerMoyer Jr., la prueba se concentra en el conocimiento que ayuda auna persona a ir por la vida.

Esta prueba empezó como un regalo chistoso de despedida para lahija de Moyer cuando ésta estaba en su último año de secundaria.Hoy puedes encontrarla en las librerías. La puedes tomar tantas vecescomo quieras. Los resultados no se envían a nadie, y las respuestas están en la parte de atrás. Esas son las pruebas que me gustan.

Al investigar las preguntas, Moyer descubrió que los estudiantesde hoy son deficientes en las artes, fuertes en temas de computadora,y terriblemente ignorantes de la Biblia. Hasta incluyó una cita quedice: «Nadie en el mundo de habla inglesa se puede considerar letra-do sin un conocimiento básico de la Biblia.

Esa es una cita interesante, puesto que a menudo a la Biblia se lellama «el libro de texto de Dios para vivir». Uno de sus propósitos esproporcionar conocimiento y habilidades de la vida real a cualquieraque desee andar en el camino de Dios. «Porque el SEÑOR da sabiduría, de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia. Él reserva laprosperidad para los rectos, es escudo para los que andan en integri-dad» (Proverbios 2:6-7).

Pero se necesita más que «un conocimiento básico» de la Palabra.Proverbios 2 empieza con ocho pasos que llevan a obtener resultadosdinámicos. Repásalos en los versículos 1 al 4 comenzando con «sirecibes mis palabras» y terminando con «si la buscas [a la inteligencia] como a tesoros escondidos». ¿Los resultados?
«Entonces entenderásel temor del SEÑOR, y descubrirás el conocimiento de Dios» (v.5).

Entonces discernirás justicia y juicio, equidad y todo buen sendero»(v.9). «Para librarte de la senda del mal, del hombre que habla cosasperversas» (v.12).

Busca en la Palabra de Dios las preguntas y respuestas que real-mente cuentan.  —DCM