Cuando camino por el campus de la Universidad Cornerstoneen Grand Rapids, Michigan, a menudo veo a Sarah, Patti yRachel juntas. Ya sea camino a clases, la biblioteca o el come-dor, las puedes encontrar conversando alegremente o involucradas enprofundo debate. Sarah y Patti están en el último año y Rachel en elsegundo. Sarah y Patti se conocieron en el primer semestre, y Rachelse hizo amiga de ellas unos años después. Las tres jóvenes son lasmejores amigas.
Lo inusual de esta amistad es que Sarah no ve y Patti usa una sillade ruedas. Aunque no puede ver, Sarah a menudo empuja la silla deruedas de Patti de una clase a otra. Patti suministra los ojos y Sarah, lapropulsión. A veces, Rachel da la dirección y la potencia de la silla deruedas. Sarah ayuda a Patti a lavar su ropa, y Rachel y Patti le leen aSarah. Según Patti, Rachel es abnegada cuando se trata de dar a susamigas la asistencia que necesitan.
Estas tres amigas se apoyan una a la otra física, emocional y espiri-tualmente, usando sus puntos fuertes individuales para compensarlas debilidades de las otras.
Tal vez el elemento más fuerte en su relación sea el apoyo espiri-tual que se brindan una a la otra. Juntas comparten grandes momen-tos devocionales, animándose y desafiándose mutuamente para pare-cerse más a Cristo.
También se divierten saliendo de compras, viendo películas y sim-plemente por estar juntas. «Nosotras tres —dice Rachel— somos comohermanas y las mejores amigas.
En mi opinión ellas ilustran lo que es la amistad cristiana. Lamisma se demuestra en generosidad y amabilidad hacia los demás (1Juan 3:18). Produce profundas relaciones y la muy necesaria compa-ñía. Ve las verdaderas necesidades y responde a ellas. Al dar, recibi-mos; al sacrificar somos ricamente bendecidos; al servir a los demás,nuestras propias necesidades son satisfechas.
Si nunca has experimentado la clase de amistad que Sarah, Patti yRachel tienen, es hora de comenzar. Ellas te han enseñado cómo. —DCE