¿Estás ansioso de aceptar nuevos retos, o estás cómodo con tuvida tal como es ahora? ¿Cómo te sientes respecto a enfrentarun nuevo semestre de clases o una entrevista de trabajo?¿Cómo encaras los desafíos menores tales como mantener limpio tucuarto, llamar a tu mamá todas las semanas como le prometiste, ocumplir con esa cita a ciegas?
La manera en que lidias (o no lidias) con este tipo de desafíospuede darte un pequeño vislumbre de cómo manejas otras cosasnuevas —los «senderos desconocidos» por donde Dios quiere llevarte—el camino que lleva a parecerte más y más a su Hijo Jesús. Ese cami-no puede ser el más difícil. Cambia la clase de persona que eres en elfondo.
Dios prometió cambiar «lo escabroso en llanura» (Isaías 42:16). Pero,¿cómo empiezas a moverte por ese camino? Pedro nos dio una listade cosas para trabajar en ellas (2 Pedro 1:5-7). Fe, virtud, conocimiento,dominio propio, perseverancia, piedad, fraternidad y amor: ocho palabras que declaran nuestra gran necesidad de mejorar. Estas cualidadesno surgen de manera natural en los seres humanos. (Si no, fíjate entus amigos o mírate al espejo.)
¿Estás contento con la fraternidad que brindas? ¿Crees que ya cono-ces a Dios lo suficientemente bien? Tal vez todavía no hayas dado elprimer paso de fe, confiar en Jesús solamente para que te salve y proteja tu alma.
«Su divino poder [el de Dios] nos ha concedido todo cuanto con-cierne a la vida y a la piedad» (v.3). Así que da un paso. Disfrutaandar con Dios por senderos desconocidos. Él dijo a su pueblo pormedio de Isaías: «Te sostendré por la mano» (Isaías 42:6). Déjale quetome tu mano y ande contigo en lo desconocido. —TC